La Val d’Aran tiene personalidad propia. Territorio de alta montaña, es el único valle atlántico de los Pirineos catalanes. Este emplazamiento excepcional y el antiguo vínculo con Occitania, sumado a su aislamiento durante los inviernos a lo largo de muchos siglos, proporcionan a este pequeño país una lengua propia, el aranés, reconocida como oficial en todo el territorio catalán, y unas tradiciones arraigadas ala influencia de la zona que es ahora el Sur de Francia.
Con cumbres de más de 3.000 metros de altitud, abundante en paisajes impresionantes y lagos de origen glacial, la Val d’Aran es un paraje ideal para la práctica de deportes de aventura y del esquí, con la estación de Baqueira Beret, considerada la mejor infraestructura invernal de la península Ibérica.
El rico patrimonio artístico y cultural y la gastronomía singular redondean el conjunto de atractivos de este territorio.
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La iglesia de Santa Maria d’Arties representa uno de los estandartes de la arquitectura románica aranesa.
Construída en el 1850, con torres de ángulos, saetas y otros elmentos defensivos, es el ejemplo más bello de arquitectura civil.
