Cerca de 70.000 hectáreas convierten a este parque natural en un inmenso patio de juegos para los amantes de la naturaleza. La montaña cambia a medida que se gana altura y pasa de los espectaculares bosques mediterráneos de los valles a la vegetación alpina, donde, por cierto, habitan osos. ¡Los prismáticos serán tus aliados en este viaje!
Ser la región menos poblada de Cataluña no hace más que reforzar el aura casi mística que se respira en el valle de Àneu, el valle de Cardós, el valle de Vallferrera, el valle de Àssua, y el valle de Siarb que forman el Alt Pirineu. El río Noguera Pallaresa los une, atravesando de norte a sur estas tierras salpicadas por pequeños pueblos que parecen fundirse con el paisaje de montaña. Desde ellos, se accede a algunas de las postales más espectaculares de los Pirineos de Cataluña, como los grandes lagos glaciares, las altas cumbres o las cavidades subterráneas. Su altitud hace de estos valles excelentes miradores para disfrutar de la montaña.
Con más de 50 kilómetros sin interrupciones de río navegable y un cauce que transita entre rápidos y saltos de agua, el Noguera Pallaresa es una de las mecas del rafting en los Pirineos de Cataluña. Siempre acompañados de guías experimentados, la experiencia se puede modular según el nivel, lo único que hace falta son ganas de mojarse.
Cuando la noche se cierne en los valles, sobre los picos comienza un festival de estrellas y constelaciones que tintinean salpicando el cielo de luces parpadeantes. El espectáculo se magnifica cuando se mira a través del telescopio durante una sesión de astronomía sin contaminación lumínica y atmosférica a los pies del río de las Cabanyeres.
Caminando a través de los senderos de piedra que antiguamente funcionaban como las únicas
vías de conexión entre pueblos y valles, se encuentran decenas de prados donde pastan ovejas y campos repletos de viñedos. La ruta senderista ‘Biu’ transcurre entre Tros y Sort y es una buena oportunidad para degustar dos de los productos más representativos de la zona.
Los Pirineos son democráticos. A lo largo y ancho de la cordillera se abre un abanico de opciones para todos los públicos, también para las familias. Rutas a caballo, actividades en kayak, canoas, paddle surf, barranquismo o rafting son algunas de las propuestas que se pone a disposición de los padres y de los más pequeños de la familia
La nieve es parte indivisible de los Pirineos de Cataluña. Durante lo que dura su temporada de nieve,
la cordillera cubierta de un manto blanco atrae cada año a miles de esquiadores que llegan hasta Lleida. Skipallars concentra alguna de sus reconocidas estaciones como Port Ainé, Espot, Tavascan o Virós Vallferrera para pasar una fabulosa jornada de deporte.
Coincidiendo con el solsticio de verano, cada 23 de junio al anochecer, el cielo de Alós d’Isil se ilumina de rojos crepitantes. Una hoguera gigante situada en el centro del pueblo inaugura las fallas, una festividad declarada por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que tiene su origen en una tradición pagana.
El refugio Vall de Siarb, ubicado en el pueblo de Llagunes, es el inicio y final de una ruta senderista especial. El ascenso diurno transcurre por lugares fascinantes como el legendario Turbón, donde sobrevuelan quebrantahuesos y brujas. Ya a oscuras, la luz de los frontales guía el descenso mientras la montaña comienza su particular concierto nocturno.
Tras un verano pastando tranquilamente en las cotas más elevadas, los ciervos macho inician su particular descenso emitiendo los profundos bramidos de la berrea, con los que buscan atraer a las hembras para aparearse. Su sonido se repite con el eco de la montaña en un espectáculo sonoro que cada año se repite en las proximidades de estos valles
Dormir a los pies de picos que superan los 3.000 metros de altura y rodeado de árboles tan singulares como el Abeto del Pla de la Selva hace que el viajero pueda conectar profundamente con la naturaleza. La oferta heterogénea permite tanto dormir al raso o en un bungalow con todas las comodidades necesarias.
El Pirineo se escucha, se huele, se toca, se observa y también se come. La esencia de la montaña se encuentra en enclaves como El Fogony. Situado en el pueblo de Sort, este restaurante poseedor de una estrella Michelín y un sol Repsol trabaja con ingredientes de proximidad para llevar todo el sabor de la región al paladar.
Este territorio se caracteriza por la profundidad de sus valles, la altura de sus picos y lo agreste de sus senderos. Aquí la naturaleza más salvaje parece pedir a gritos ser recorrida a bordo de un todoterreno, y ahí es donde aparece la Gran Travesía, una de las rutas panorámicas más bellas y extensas de la comarca del Pallars Sobirá.
En estos valles, el pastoreo lleva practicándose durante siglos siendo parte fundamental de la identidad del territorio. Se trata de una habilidad que lleva años de práctica y necesita de mucha paciencia, pero en esta experiencia, acompañados por Jesús, un pastor de Gavàs, será posible conocer todos los secretos de esta actividad ancestral.
Un vistazo al horizonte basta para darse cuenta que el románico triunfó en todos estos valles. Entre lomas y montañas, se esconden un sinfín de iglesias, ermitas y monasterios como el magnífico conjunto monástico de Santa Maria de Gerri de la Sal o la iglesia de Sant Iscle i Santa Victòria de Surp, con su imponente campanario de aires lombardos.
es una de las experiencias más bellas que se pueden realizar. Deporte, paisaje y salud convergen en una tríada de ensueño; pero ascender puede resultar demasiado exigente, por eso es recomendable contratar el servicio de guías locales que conocen el territorio a la perfección.
Los municipios de Espot (Pallars Sobirà) y Boí (Alta Ribagorça) se miran frente a frente. En medio, el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, del que ambos son puerta de entrada. El Portarró d’Espot es el punto de unión de estos dos sectores del parque. Sus 2.428 m de altura aseguran panorámicas magníficas.