Esquí nórdico

El esquí nórdico, también conocido como esquí de fondo, tiene sus raíces en los países nórdicos, donde todavía se utiliza como medio para desplazarse en ciertos entornos rurales. Es la evolución de los paseos en raquetas de nieve y consiste en deslizarse por los paisajes nevados sin ayuda de remontadores mecánicos. 

“Con el esquí nórdico, te desplazas por la nieve a remolque de tus fuerzas. No hay telesillas ni telesquíes. Por eso se practica en entornos más llanos, con subidas y bajadas suaves”, explica Imma Obiols, técnica de las estaciones de esquí nórdico de Cataluña (Tot Nòrdic).

 

El nórdico es para todos

En el esquí de fondo se utilizan unos esquís más largos y estrechos que los de alpino para facilitar la movilidad y la flexibilidad. El objetivo no es andar sobre la nieve, como algunos piensan, sino deslizarse con la fuerza del propio cuerpo.

“El esquí nórdico no tiene limitaciones y es un deporte muy recomendable porque implica un movimiento sin impacto de todas las partes del cuerpo. Combina el ejercicio del tronco inferior y el superior. Además, el desplazamiento y el deslizamiento se adaptan a tu forma física y no requieren de ninguna gran preparación”, afirma Obiols.

 

¿Clásico o patinador?

Puede practicarse en dos modalidades: el estilo clásico y el patinador. El primero, más recomendable para principiantes, es el más tradicional y fácil de aprender. Permite encarrilar los esquís dentro de una traza que se prepara en la nieve de las pistas, lo que ayuda a mantener el equilibrio y evita que se entrecrucen los esquís.

El paso de patinador, por otro lado, se practica en pistas más anchas y con la nieve compactada, mediante el impulso de los esquís a derecha e izquierda. Permite lograr más velocidad y ofrece más libertad, pero también es más exigente a nivel físico.

7 estaciones preparadas en Cataluña

En los Pirineos de Cataluña hay 7 estaciones de esquí nórdico con una gran variedad de pistas adaptadas tanto a principiantes como a esquiadores expertos. “En cualquiera de las estaciones pueden encontrarse los servicios básicos: pistas de nieve pisada, alquiler de material y escuela de esquí, y algunas también ofrecen refugios casi a pie de pista donde organizan actividades a lo largo del año”, explican desde Tot Nòrdic.

Si buscas alguna recomendación, escaparse a la Cerdanya es una buena idea para disfrutar del esquí de fondo. Allí encontrarás la estación de Guils Fontanera, situada en una vertiente de influencia atlántica que garantiza más tiempo de nieve. También están las estaciones de Lles y Aransa, que están conectadas y suman un total de 67 km de pistas. Transcurren por bosques alpinos y ofrecen unas vistas privilegiadas de la Sierra del Cadí. Y en el municipio de Lles de Cerdanya encontrarás el refugio Cap del Rec, donde puedes pasar la noche en plena naturaleza.

Otra opción es adentrarte en el Parque Natural del Alt Pirineu, donde está la pequeña estación de Virós-Vallferrera, la de Sant Joan de l’Erm, con pistas de todos los niveles, y la de Tavascan, donde también se practica esquí alpino, freeride y esquí de montaña. O puedes optar por Tuixent-La Vansa, una estación con itinerarios que transcurren por la cara norte del macizo de Port del Comte i te permiten ver el Pedraforca mientras esquías. Hay muchas opciones.

 

Estaciones para practicar esquí nórdico