Ecoturismo en la Vall d’Àssua: aprender a ser pastor

Si quieres probar una actividad eco diferente, te proponemos una inmersión en el oficio de pastor, combinada con una visita al Ecomuseu dels Pastors de la Vall d’Àssua. La actividad comienza con una visita al museo ubicado en Llessui. Allí los responsables del museo te explicarán cuál es el ciclo vital de los rebaños de ovejas y cómo es el oficio de pastor tradicional.

Si vas con peques, no te pierdas la leyenda de la Torena. Es uno de los relatos más populares de la zona, que tiene como protagonistas a los bosques y los animales del valle. Dicha leyenda explica un hecho curioso, que es el único valle de los Pirineos catalanes que no tiene ni un solo árbol. Seguramente, la presión ganadera tiene mucho que ver.

Después de la visita al museo, llega el momento de subirse a un 4x4 y dirigirse al valle para salir de pastoreo, en los límites del Parque Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. En esta zona pastan ovejas pallaresas (conocidas como xisquetes), vacas pardas de los Pirineos y caballos, razas autóctonas de la zona. Con el pastor ascenderás hasta una cota de 2.000 metros de altura para ver sobre el terreno cómo viven los rebaños y conocer de cerca cómo vive y trabaja un pastor.

Románico entre volcanes y cocina de alta montaña para foodies

Los amantes de la gastronomía pueden combinar la cultura y la naturaleza pirenaica en esta propuesta en la parte oriental de los Pirineos catalanes. A través de la ruta senderista Sierra de Monasterios, exploras la Serra de Cavallera y los tres monasterios, el de Ripoll, el de Sant Joan de las Abadesses y el de Camprodon.

Esta ruta es una buena opción para conocer el Ripollès y personajes legendarios como el abad Oliva, el conde Guifré el Pilós o el conde Arnau, todos ellos protagonistas del nacimiento de la Cataluña medieval. El conjunto monástico de Santa Maria de Ripoll y el de Sant Joan de les Abadesses son dos obras destacadas del románico catalán, junto con las de la Vall de Boí. Ambos monasterios fueron fundados por Guifré el Pilós en el siglo IX

Muy cerca se encuentra el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Este parque es el mejor ejemplo de paisaje volcánico de la Península y uno de los más destacados de Europa. En su entorno se pueden realizar diversos itinerarios para recorrer los 40 volcanes más emblemáticos, como el Croscat, el más grande de la Península. También existen rutas para recorrer la Fageda d'en Jordà (hayedo de Jordà) a pie o en carruaje de caballos. Este bosque de hayas forma parte del parque y es excepcional porque sus árboles crecen a una altitud inferior a la que se suelen encontrar este tipo de bosques.

Este entorno de volcanes es el marco ideal para descubrir la cocina volcánica. Se trata de una cocina basada en los productos típicos de la Garrotxa como los fesols (alubias) de Santa Pau, con Denominación de Origen Protegida. Entre sus recetas tradicionales puedes probar el revuelto de judías de Santa Pau con butifarra esparracada y setas o las farinetes de fajol, un postre tradicional elaborado con trigo sarraceno. Puedes probar este tipo de cocina en los restaurantes que forman parte del colectivo de cocina Cuina Volcànica. Se dedican a preservar las raíces gastronómicas de la zona elaborando platos con productos autóctonos y de proximidad. 

Ruta megalítica en BTT y aguas bravas para los aventureros

Una ruta ideal para los amantes del turismo activo es la de los 6 dólmenes en la Vall de Cabó, con salida y llegada en Organyà. Este itinerario que combina la BTT y el descubrimiento cultural es una excursión exigente, con una gran variedad de paisajes, que asciende hasta la collada de Pillat.

Además de junto a los dólmenes, el recorrido pasa también por la ermita románica de Sant Serni, en el municipio de Cabó. El regreso a Organyà se realiza por la Solana de Fontanella y el desfiladero de Tresponts, a orillas del río Segre. Este desfiladero es una zona de escalada muy popular, ubicada cerca del municipio de Organyà. La Ruta de los Dólmenes de Organyà se puede realizar en BTT o a pie.

Este recorrido se puede combinar con la práctica del remo o el piragüismo en el Parc Olímpic del Segre en la Seu d’Urgell. Gracias a su central hidroeléctrica, que garantiza el caudal de agua, ambos deportes se pueden practicar durante todo el año. Aquí puedes alternar las aguas bravas y las tranquilas en su canal de 800 metros paralelo al río Segre, que se bifurca en dos canales de aguas bravas de 500 metros con un desnivel de 6,5 metros. Además, el parque dispone de remontadores mecánicos para que los piragüistas puedan reiniciar el recorrido sin necesidad de bajar de la embarcación.

Cita cultural para dos: Solsona entre murallas, barroco y gigantes

¿Quieres conocer en pareja el legado patrimonial de Solsona? El paseo por el núcleo histórico de la ciudad te hace viajar a un pasado amurallado medieval. Es una ruta patrimonial con grandes joyas de gran valor artístico. La primera parada de esta ruta es en el siglo XVII, en pleno periodo barroco. La comarca del Solsonès conserva un importante legado cultural de esa etapa.

Como punto de partida, te proponemos el espacio Solsonès Barroc. Situado en la Casa Gran del Miracle en Riner, a tan solo 13 kilómetros de Solsona, este centro de interpretación te ofrece una excelente contextualización a través de obras de arte y audiovisuales. Disfruta de la ruta por 14 edificios imprescindibles de este movimiento artístico en la comarca, incluyendo puntos como la catedral de Solsona y las iglesias de Sant Pere Matamargó (Pinós) y la de Sant Llorenç de Morunys.

Certificada como ciudad con carácter por la Agencia Catalana de Turismo, Solsona cuenta con un notable legado histórico-cultural, debido en gran parte a que el Obispado de la población acumuló gran cantidad de piezas de arte, desde el neolítico hasta el siglo XX. Se pueden ver en el Museo Diocesano y Comarcal. No te pierdas el Quarto dels Gegants (Cuarto de los Gigantes). Aquí se guardan todas las bestias, gigantes y cabezudos que salen a las calles durante la Fiesta Mayor y el Corpus. Cada sábado se organizan visitas guiadas por el espacio que conserva una parte importante del patrimonio cultural de la ciudad.

Aprovecha para visitar el castillo de Castellvell, situado sobre una colina: disfrutarás de las vistas panorámicas al cementerio modernista de Olius. También puedes combinar la visita cultural con un recorrido por la cuenca del río Ribera Salada, que cuenta con diversos miradores para apreciar el paisaje montañoso de los Pirineos de Cataluña.

Si visitas Solsona en febrero, no te pierdas el carnaval. Esta fiesta única basada en la mofa y la exageración mantiene su esencia desde el siglo XVII. Los bailes de gigantes locos y animales del bestiario popular son todo un espectáculo de color.